El Cuaderno:
El Magisterio Español Miércoles, 13 de mayo de 2015 /Nº 12.060
El vínculo entre familia y escuela como dos raíces de un árbol
Escuelas con familias La cooperación necesaria y positiva
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ENCUENTRO
Los Consejos Escolares debaten sobre la relación entre padres y coles Redacción educar@magisnet.com
Santander acogió el XXIII Encuentro de Consejos Escolares Autonómicos y del Estado bajo el lema Las relaciones entre familia y escuela. Experiencias y buenas prácticas. El encuentro reunió a representantes educativos procedentes de toda España y concluyeron que unas buenas relaciones entre familia y centro, así como una buena implicación parental en la Educación escolar de los hijos, mejoran los resultados educativos. La participación parental en el ámbito escolar no es algo que pueda ser considerado como una serie de actuaciones unilaterales que parte de las familias y alcanza a los centros educativos, sino que ha de insertarse necesariamente en el seno de un conjunto de relaciones recíprocas entre familia y escuela. El encuentro giró, por tanto, en torno a este marco bilateral de interacción. En el pasado la relación entre familia y escuela se consideraba desde la perspectiva de una división de funciones, planteando que la familia era la institución encargada de la socialización de los niños y la escuela la responsable de la enseñanza de conocimentos. Los cambios experimentados por la sociedad han contribuido a desdibujar cada vez más las fronteras entre ambas instituciones y sus funciones respectivas. Así, es un hecho que en las últimas décadas la escuela ha empezado a asumir aspectos de la socialización primaria que antes correspondían a las familias y que, en paralelo, los medios de comunicación y la tecnología permiten que buena parte del aprendizaje que tradicionalmente se consideraba escolar se adquiera en otros entornos, entre ellos el familiar. No obstante, es evidente que ambas instituciones siguen constituyendo contextos de aprendizaje de importancia primordial en la actualidad y que las dos comparten la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones. Así pues, familia y escuela tienen el objetivo común de educar a la persona, que es única y necesita encontrar coherencia y continuidad entre
los dos contextos. Ninguno de los dos debería afrontar en solitario el reto que supone la Educación. Por ello, en estos momentos las relaciones entre familia y escuela se plantean en términos de complementariedad, una cooperación que deberá respetar el derecho fundamental de los padres como primeros responsables de la Educación de sus hijos. Gracias al impulso de las sucesivas leyes educativas, al trabajo de asociaciones de padres y madres, a las dinámicas favorecedoras puestas en marcha por los centros, a los planes de la administración y a la siempre valiosa iniciativa individual de las familias y docentes, se ha constatado a lo largo de los últimos años un cierto crecimiento en la implicación, coo-
Sugerencias n n He aquí algunas de las recomendaciones nacidas del encuentro para fomentar una buena relación familia y escuela: n Como las familias sob las primeras responsables de la Educación de sus hijos, son las escuelas las que deben tener la iniciativa de lograr su apoyo y colaboración. n La cooperación entre familia y escuela es además de un derecho reconocido por las leyes, un deber. n Apoyar que la implicación parental goce del reconocimiento oportuno en las normas laborales y de la flexibilidad conveniente en los horarios escolares, de manera que padres y madres puedan atender los requerimientos formales de los centros educativos. n Demandar a las distintas administraciones que generen las condiciones básicas para facilitar la participación efectiva de las familias. n Animar a que se suscriban acuerdos de colaboración entre el equipo docente y las familias para que las dos partes asuman los compromisos necesarios para alcanzar los objetivos pactados. n Detectar desde los centros las necesidades que sienten las familias respecto a la Educación de sus hijos. n Dotar a profesorado y equipo directivo por parte de la Administración de las competencias profesionales necesarias.
La cooperación entre familia y escuela mejora el sistema educativo Los efectos beneficiosos de la colaboración no se limitan a los logros académicos peracióny participación de las familias en la vida de los centros y en los procesos educativos. Las experiencias de escuelas y familia que se expusieron durante el encuentro corroboran que un plus de sintonía y comunicación entre ambos ámbitos puede resultar enormemente fructífero para propiciar el desarrollo integral del niño y del alumno. Llamada a la acción Tras la puesta en común realizada en Santander, las personas participantes en el encuentro formulan a las administraciones educativas, a los titulares de los centros, a la comunidad escolar y a la sociedad en general una serie de consideraciones para fomentar la cooperación entre familia y escuela, con el objetivo claro de contribuir a la mejora del sistema educativo. El encuentro puso de manifiesto que uno de los rasgos que caracteriza a las escuelas de éxito consiste en que –independientemente de la edad del alumnado, del nivel social y educativo de la fmailia o de otras circunstancias– las fa-
Ambos ecosistemas tienen que definir un espacio común de acción conjunta. SHUTTERSTOCK milias de estos centros muestran una fuerte implicación en la vida escolar de sus hijos y tienen a participar activamente en los centros educativos, evidenciando así que existe una relación clara entre logros educacionales y el grado de participación de los padres en el
proceso educativo. Los efectos beneficiosos de tal colaboración –a tenor de las diferentes investigaciones y de las experiencias analizadas en esta convocatoria– no se limitan a los aspectos acádemicos del alumnado, sino que abarcan también una mejora en su
comportamiento y en su motivación hacia el aprendizaje: un incremento de expectativas positivas con relación al proceso formativo de sus hijos por parte de las familias; y, así mismo, una mejora del clima escolar, mejores tasas de graduación y mayor satisfacción pro-
fesional por parte de profesores y directivos escolares. Se puede, pues, afirmar que es posible aspirar a una Educación de calidad –integral, coherente y eficaz para todos– cuando, además de contar con el suficiente apoyo institucional y social, la escuela y las familias cumplen las funciones que les son propias y cuando ambas instituciones definen un espacio común de acción conjunta para favorecer el crecimiento armónico del sujeto de la Educación y para mejorar los resultados de todos, en condiciones de equidad. Por todo ello, los participantes en este encuentro suscitan la participación y colaboración de los dos ecosistemas básicos en los que se desenvuelve el educando y en los que construye primordialmente su urdimbre educativa.