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LA LÍNEA DE LA VIDA

Todos estamos inmersos en este viaje llamado vida, una línea marcada con años de estadía en la tierra, y a la que inconscientemente hemos dividido en etapas ubicadas en medio de un punto de partida y un punto final.

Pero la vida no puede componerse solo de años, días, minutos y segundos. Vivir es, en realidad, aquello que pasa y hacemos que nos pase mientras recorremos el lapso de tiempo por el que estamos transitando. Por lo tanto, hacernos conscientes del momento de vida en el que nos encontramos hoy nos dará una perspectiva que debería despertar nuestro sentido de conciencia y marcarnos el paso con el cual debemos seguir caminando.

20 YA LLEGUÉ. ¿Y AHORA QUÉ?

Las siguientes son algunas de las preguntas a las que podrás darle respuesta mientras continúas leyendo este capítulo.

1. ¿En qué etapa de la vida te encuentras?

2. ¿Que dice la estadística sobre la esperanza de vida?

3. ¿Cuál es la perspectiva de Dios sobre tu vida en la tierra?

ETAPAS

Me anima la idea de imaginar la vida partida en etapas. Por alguna razón esta forma de verla me hace sentir esperanzada, me hace pensar que tengo más de una oportunidad para comenzar de nuevo, o en el mejor de los casos replantearme la vida.

Te quiero compartir una gráfica diseñada por el Dr. Alfonso Ruiz Soto, quien es fundador del Instituto de Semiología S.C. (“semiología” es el estudio de los signos de la vida social). Es un diagrama sencillo al cual ha llamado “Las Estaciones de la

consciencia”, y puede ayudarnos a ubicar con mayor claridad el momento o la “Estación” en la que nos encontramos ahora mismo sobre la línea de la vida.

La sola comparación de las etapas de la vida con las estaciones del año puede darnos una visión gráfica y bastante atinada de aquello que podemos encontrarnos a lo largo del camino.

Partimos de la “Etapa inicial”, ubicada entre los 0 y los 21 años de edad, a la cual le llamaremos la PRIMAVERA de la vida. Una floreada, colorida e iluminada temporada de siembra por excelencia.

Le sigue un cálido, productivo y a veces retador

VERANO, ubicado entre los 24 y los 42 años de edad; una “Etapa intermedia” en la que naturalmente se goza de días más largos y noches más cortas.

Los frescos, lluviosos y airados días de OTOÑO, denominados la “Etapa avanzada”, se encuentran entre los 45 y los 60 años de edad, dentro de los que naturalmente caen algunas hojas de los árboles y abren paso a contemplarlo todo con una mejor perspectiva.

Y, por último, está el romántico y reflexivo INVIERNO, llamado la “Etapa final”, donde se acortan los días y se alargan las noches. Llega con un imponente frío que congela los mejores escenarios de la vida, conservando lo más valioso que se mantiene de nosotros y que tiene el potencial de inspirar a las futuras generaciones. Está ubicado entre los 63 y los 84 años de vida y más.

Cada etapa contiene, a su vez, las cinco estaciones intermedias que nos permiten experimentar las bondades y los retos de cada estación varias veces a lo largo de la vida.

TODA NUESTRA VIDA ES TEMPORADA DE COSECHA; PERO NO TODAS LAS TEMPORADAS SERÁN EL MEJOR MOMENTO PARA SEMBRAR

¿En qué estación te encuentras sobre esta línea de la vida?

LA ESTADÍSTICA

Para darnos una idea del momento de vida en el que nos encontramos (lo menos emocional posible), a continuación veremos la visión estadística de la línea de la vida.

En términos estadísticos, la vida pareciera tener una fecha de caducidad más o menos predecible. Para calcular este dato técnicamente se utiliza algo llamado “esperanza de vida”, se refiere al número de años que en promedio se espera que viva una persona después de nacer. Se basa en parámetros sociales y económicos que marcan el nivel de vida, para así finalmente determinar la esperanza de vida.

En México, donde vivo actualmente, la esperanza de vida ha aumentado de una forma asombrosa. En 1930 las personas vivían en promedio 34 años; en 1970 el indicador se ubicó en 61 años; en el 2000 fue de 74 años; y en 2019 de 75, siendo hasta ahora las mujeres quienes lideramos la carrera de la longevidad.

Los datos estadísticos son medidas generales que avalan la observación y el estudio de una conducta específica. Hay cientos de miles de excepciones a todas las reglas y esas excepciones humanizan y personalizan nuestra existencia, cosa que nos sigue evidenciando como dueños de nuestro propio destino.

EL CÁLCULO DIVINO

No podía dejar de citar la opinión de las escrituras más antiguas, la Biblia, respecto a nuestro tiempo de vida en la tierra. Por cierto, este dato está muy cercano al cálculo estadístico, por lo que avala la idea de que Dios y la ciencia se afirman, no se contradicen.

¡Setenta son los años que se nos conceden! Algunos incluso llegan a ochenta…. (Salmos 90:10)

Para aquellos que creemos en una vida después de la muerte, sabemos que esa línea imaginaria que parece trazar nuestra existencia ocupa un espacio finito comparado con el tiempo ilimitado que viviremos eternamente. Eso, además, nos concede la alentadora esperanza de que viviremos más y mejor en los años postreros a la vida en la tierra; pero nos recuerda también que todo cuanto hagamos mientras estemos sobre ella, tendrá una trascendencia eterna.

PRIMAVERA VERANO OTOÑO INVIERNO

Vida en la tierra

Cualquiera de las visiones anteriores refleja el grado de vulnerabilidad del ser humano, cosa que me ha llevado a entender que la frase “si Dios quiere” tiene mucho más valor del que había querido acreditarle.

24 YA LLEGUÉ. ¿Y AHORA QUÉ?

Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. Lo que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». De lo contrario, están haciendo alarde de sus propios planes pretenciosos, y semejante jactancia es maligna.

(Santiago 4:13-16)

Sabiendo entonces que la vida en la tierra tiene un principio y un fin (al menos planteado en la teoría, y sin contar las eventualidades), la planeación de nuestro futuro inmediato no debería quedar a merced de una racha emocional; más bien tendría que tomarse como un reto primordial, sobre todo si te encuentras cerca de esa etapa de vida que, a la luz de la estadística, la semiología y la Biblia me atreveré a llamar: “la otra mitad de la vida”.

¿Estás tú en la segunda mitad de tu vida?

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