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CULTURA Cayó el telón de la Feria del Libro de Bogotá

LA ACOGIDA POR PARTE DEL PÚBLICO VOLVIÓ A SER UN FACTOR A DESTACAR.

BOGOTÁ

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La Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), que tuvo a México como país invitado, llegó ayer a su fin tras dos semanas de intensa actividad que incluyó la presencia de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie como estrella central Fueron dos semanas de intenso ajetreo en los que autores, libreros, agentes literarios, y todos los que hacen parte de este engranaje se exigieron a fondo

Como en años pasados también hicieron presencia influenciadores que hacen de las redes sociales su escenario natural, pero que a la hora de tener contacto directo con la gente ven en la feria una alternativa para lograr su objetivo

No fue extraño que figuras como Juan Villoro, Guillermo Arriaga, Lydia Cacho o Antonio Malpica estuvieran al alcance de la mano de críticos y lectores para intercambiar opiniones sobre literatura o sus libros Tuvieron cabida también autores independientes quienes exhibieron, divulgaron y comercializaron su obra en una vitrina especial

“Es un espacio que abrimos desde la Feria en el que buscamos visibilizar y promover la diversidad del ecosistema del libro y la lectura a través de publicaciones de autores y colectivos que llevan a cabo todo el proceso de escritura, ilustración, edición, producción y comercialización de sus obras, y que incursionan

J Venes Marcaron La Pauta

Personas de todas las edades se hicieron presentes este año en la FILBo, pero llamó poderosamente la atención la presencia de jóvenes, no solo universitarios sino ya profesionales. De igual manera, los visitantes volvieron a ratificar el amor que existe hacia la cultura en general, pues más allá de estar presentes en los lanzamientos de los libros y conferencias brindadas por los autores también hubo buena afluencia en eventos musicales, teatrales y relacionados con artesanías y gastronomía.

Renombrar el español

John Saldarriaga

Como el español no solo lo hablan en España, algunos escritores proponen cambiarle el nombre O, por lo menos, que se considere la posibilidad

Según el Instituto Cervantes, más de 580 millones de personas gozamos de este idioma De ellas, más de 480 millones somos hispanohablantes nativos distribuidos en 20 países En México, la cifra supera los 130 millones; en Colombia, los 52 millones y en España, los 46 millones

Quienes sugieren renombrarlo dicen que es ilógico que su nombre sea el de uno de los países que lo hablan Al decir español, es como si dijéramos que la lengua es única y esto no es cierto: es diversa; en cada país hay formas particulares de expresarse, todas válidas Y es como si aceptáramos que en la Península Ibérica lo hablaran mejor que los demás Entre los nombres que suenan, uno parece razonable por incluyente: hispanoamericano Propuesto por Juan Villoro Que inviten a cambiar la denominación es algo sano Recuerda que nada es intocable Significa que está viva la lengua de Cervantes, Barba Jacob, Ibarborou, Rulfo Borges y Mistral y que sus hablantes también lo están y nada les parece intrascendente La obligación de mantenerla viva es de todos quienes hablamos pensamos imaginamos, soñamos y escribimos con ella en cualquier parte del mundo

Flota la sospecha de que si la lengua materna llevara en su nombre la identidad de sus hijos, tendríamos más sentido de pertenencia con ella del que ahora tenemos, pues, para la mayoría, parece prestada

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