ABOGADOS DE VALLADOLID / Momentos / 12
25 años de colegiación, 25 años de profesión Por Carlos Escalera, abogado Difícil resumir 25 años de ejercicio. En el ICAVA, nos ponen una medalla. Acompañará al primer carnet de abogado, al de 1994. Coincide con el 25 aniversario de la Agrupación de Mujeres Abogadas. ¿Qué hago? ¿Un repaso, un homenaje? Solo lo más destacado. Voy a la hemeroteca. Pregunto a compañeros y envío un email. Hace 25 años que empezamos “los del 94”, colegiados 1.825 a 1.954. Desde la primera jura, 17 de enero, hasta la del 20 de diciembre de 1994, una de las “añadas” más numerosas y aún activas, a caballo entre el siglo XX y el XXI. Pasamos del teléfono “góndola” al Android sin darnos cuenta. Del sobre al email y al WhatsApp. Internet. Nuevas tecnologías. El despacho virtual. Los primeros tecno-esclavos. De los escritos a máquina, al Windows. No hay torres ni enormes monitores, hay pantallas planas y portátiles. Adiós libros, revistas, boletines, suscripciones. Los Aranzadis son attrezzo de despacho. Tenemos CD con bases de datos; el BOE, la jurisprudencia y formularios están en internet. No redactamos artesanales y literarias demandas, tenemos el “corta pega”. Lo que no sepamos, lo buscamos gratis en ‘las fuentes de sabiduría’: Google, Wikipedia. O preguntamos en las redes sociales. Allí hay muchísimos grupos de abogados, ¡y de jurados populares! La Administración de Justicia dijo “adiós, papel”. Los juicios se graban. El secretario (ahora llamado letrado) levantando acta con un boli Bic ya es historia. Estos 25 años se han ido muy rápido. ¿Cómo recordar uno por uno los grandes acontecimientos, los grandes nombres? ¿Quién nos representará dentro de un siglo? ¿A quién escoger? No sabría. ¿Al primer presidente negro de U.S.A.? Un político. Un papa. Un deportista. Un científico. ¿Por qué no un terrorista? Bin Laden. Sin duda. Hemos tenido 5 Presidentes. De F. González a P. Sánchez. Nos dejó A. Suarez. Vimos el final de ETA. Abdicó Juan Carlos I y reina Felipe VI. Dijimos adiós a la peseta, y recibimos con recelo al euro en el 2002. La población ha envejecido, se ha mezclado. Inmigrantes y emigrantes. Nos hemos vuelto urbanitas, más laicos, plurales, tolerantes. Hay
diversidad de religiones, matrimonios gais y multirraciales. ¿Y en Valladolid? De todo. Dicen que el AVE fue el mayor hito. El primero llegó en el 2007 y nos iba a revolucionar. ¡Vendrán los abogados de Madrid! Pues nos vamos a la capital. Ir y venir en una hora. Cierto. Pero ni llegó la temida invasión, ni conquistamos la Villa. En 1996 inauguramos el nuevo Colegio. Polémica, sobre todo por su coste. Se le llamó faraónico. Al tiempo, se estrenan los juzgados de la Calle Angustias. El primer día ya se quedaban pequeños y la calefacción no funcionaba. Se crean los juzgados de lo Contencioso, los de lo Penal, y con ellos “la dispersión judicial”. Más desde el 2009, porque se inauguran los de Nicolás Salmerón. Y la Ciudad de la Justicia no llega nunca.
El trabajo de los abogados de oficio mereció como galardón uno de los dos Premios de Derechos Humanos concedidos por el Consejo de la Abogacía Europea (CCBE) Pasamos del concepto de abogado de oficio “de beneficencia”, a una impecable dedicación y preparación. Se han creado nuevos y especialísimos turnos. Nos han dado un premio por “la Segunda Oportunidad”. Es tu 25 cumpleaños. ¿Recuerdas tu primer asunto? ¿Tu primer despacho? ¿Tu primera guardia? ¿Cuántas veces te has planteado dejarlo? ¿Tus crisis? Desde 1994 ¡cuántas crisis! Han caído políticos, notarías, bancos, dogmas intocables... ¿Recordáis la oleada de quiebras? Hoy se llaman concursos. Fue la primera consecuencia de “la crisis”. Las crisis para nosotros son especialmente significativas. Pensemos en la del ladrillo. Se decía: “Unos ven crisis, otros una oportunidad”. Y así fue. Hubo quien encontró un filón en ella. Supuso una fuente de ingresos, que muchos pensaron inagotable. Todas las
materias tenían acogida. Dinero para todos. Riqueza. Inmigración, más población, más consumo. Préstamos. Abundancia de trabajo. Por supuesto, más delincuencia, mafias. No será deseable, pero es más dinero para los penalistas, y un incremento de turnos. Cuando se acabó, vinieron los despidos. Y un inmenso atasco en los juzgados de lo social. No había tiempo ni espacio para resolver. Llegaron los ERE., reducciones de jornada… La reforma laboral, la del Estatuto de los Trabajadores, la Ley de la Jurisdicción Social 36/2011. Los laboralistas ‘se forraron’. Luego los desahucios. Sucedieron al boom de las hipotecas. Las cláusulas suelo y las preferentes. El gran negocio del derecho bancario. De nuevo atascos, y se crean juzgados específicos. Perdimos la fe y la confianza en el sistema bancario y también en la política: la corrupción. Escándalos y grandes juicios. En estos 25 años nuestra profesión ha dado un vuelco. Nos hemos adaptado y evolucionado con nuestros tiempos. ¡Y padecido con ellos! ¿Nadie recuerda las “tasas”? Asistimos a la incorporación de la mujer a la abogacía. Ya no sorprende el término “abogada”. Nuestra Presidenta es mujer y nosotros hemos tenido una Decana. Vimos nacer a LexNET, las sedes electrónicas de las páginas web oficiales. Convivimos con nuevos operadores: Graduados sociales, API, gestores, asesores y mediadores. Han caído grandes tabús: los precios son libres. Hay publicidad, con grandes despachos que se anuncian en la televisión. La profesión se especializa desde un inicio: el examen de acceso, los másteres, las prácticas profesionales. La sociedad ha cambiado el concepto que tenía de los abogados y de la justicia. La prensa y las televisiones han mediatizado los juicios en función de los personajes. Hay jueces y abogados estrella. Con la tele, todos somos jueces, abogados, fiscales, jurados y verdugos. En la pantalla se ha condenado o absuelto incluso antes de sentarse en el banquillo. ¿Juicios mediáticos? En 1994 llegan al banquillo la Pantoja, Julián Muñoz y Maite Zaldívar, y las bolsas de basura. Tenemos a la Manada, o mejor aún, Urdangarín y la infanta. Por lo intocable de los personajes,