INTRODUCCIÓN
El Fenómeno de El Niño arrasó con Piura sin ninguna contemplación, destruyendo todo lo que encontró a su paso. Casas desplomadas, árboles caídos, carreteras rotas y vidas perdidas fueron el resultado de lluvias intensas y el desborde de un río furioso. La realidad caótica por la que atravesada y sigue atravesando nuestra ciudad, incita a los piuranos a exigir a gritos desesperados por la reconstrucción. Reconstrucción que no debe concentrarse en apostar por el ámbito material y de infraestructura, sino también debería apostar por un lado más humano. Es aquí cuando se habla fr una reconstrucción con rostro humano que permita proteger los derechos sexuales y reproductivos de miles de niñas y adolescentes de la región que se encuentran en situación de vulnerabilidad extrema. Hay peligros que acechan de cerca a este sector de la población, la Trata de Personas y la Explotación Sexual son delitos que ven de esta realidad piurana, la oportunidad perfecta para conseguir más víctimas.
“EL DELITO SILENCIOSO” 1. La reconstrucción en Piura Reconstrucción. Una palabra que en los últimos meses se ha escuchado repetidamente en boca de una infinidad de líderes políticos. Una palabra de esperanza que queda al aire como una suerte de promesa incumplida. Nueve meses han transcurrido desde el fatídico 27 de marzo en que el desborde del Rio Piura fue la máxima expresión de la fuerza de la naturaleza. El Fenómeno de El Niño causó grandes estragos en Piura, convirtiéndola en la región más afectada del país donde 40,000 familias lo perdieron todo y 287 336 piuranos resultaron afectados. Una inversión de 6.656 millones de soles en Piura es lo que se necesita para ejecutar obras de rehabilitación y reconstrucción de la infraestructura dañada por el Niño Costero en la región. Inversión que permite formularnos la pregunta: ¿La reconstrucción sólo se reduce al aspecto material?, hasta ahora no existe autoridad que haya expresado su preocupación por solucionar la problemática más allá de las pérdidas materiales. Es de vital importancia que las autoridades competentes en conjunto con la población se preocupen por darle a la reconstrucción un giro más humano, donde se abogue por los derechos sexuales y reproductivos de los damnificados, y se establezcan medidas para fortalecerlos. Este tipo de derechos permiten a las personas tomar decisiones sobre su vida sexual y reproductiva sin sufrir discriminación, coacción ni violencia, pero lamentablemente a raíz de las consecuencias de El Niño Costero éstos se han visto