Capítulo 1: Honestidad. — Vivir una vida honesta. Es lo que seguido solía decirme mi padre. Crecí escuchando estas palabras desde que era muy pequeño. Mi padre en verdad tenía un temperamento muy tranquilo y además con solo echar un vistazo en su historia personal uno se daba cuenta de que no había nada extraño en ella. Fue a una primaria local, fue a una secundaria local, tuvo cuidado en concentrarse en estudiar mucho después de ingresar a la preparatoria, entró a una universidad de las llamadas prestigiosas y después de terminar su vida universitaria; se convirtió en funcionario público. Cuando era niño y veía como mi padre nos mantenía a mi madre y a mí mientras trabajaba como funcionario público, creía sin alguna dificultad en particular que si tenía que describir a una persona “honesta” sería una persona como mi padre. No obstante, a medida que crecía dejé de saber qué era lo que significaba “honesto”. Aunque claramente el origen de las peleas con mis compañeros era su actitud infantil, hice muchas cosas propias de un rufián, porque un niño que no estaba haciendo nada malo de repente sufrió el maltrato de sus compañeros de clase, que eran un grupo de menores aburridos y poco razonables. Cada vez que había algo que no comprendía, le preguntaba a mi papá “¿Eso que significa?”. De alguna forma esperaba que mi padre tuviera una respuesta clara. No obstante, cada vez que le hacía una pregunta a mi padre, la respuesta era algo que se definiría como una traición a mi yo de la infancia. — Es indescriptible. Respondía mi padre muy seguido. — Aunque desde tu perspectiva pudiera parecer que tus compañeros están en un error, esos chicos también tienen su punto de vista. No solo era que las respuestas de mi padre eran de este tipo, sino que, además, cuando era niño era un desastre. Cada vez que me hacían daño sin saber en verdad por qué, mi padre me decía:” supongo que tus compañeros tienen su punto de vista”. Ciertamente, aunque mis compañeros tuvieran su punto de vista, siempre me he preguntado si efectivamente esa era la forma correcta de dar apoyo. Un día, no recuerdo exactamente cuándo, exploté, me quejé y le dije a mi padre: — ¡Dijiste que se debe vivir honestamente ¿No es así?! ¡¿Es correcto seguir diciendo “Que es algo indescriptible”?! Cuando dije esto gritando mientras comía, mi padre suspiró y luego me contestó: — Definitivamente, no hay nada como hacer algo honesto. Recuerdo que esa respuesta me dejó en Shock. Mi padre continuó despacio: — Hay algo más importante que hacer la elección correcta. Aun después de mucho tiempo, no se me han olvidado ni una sola vez las palabras que me dijo mi padre.