Capítulo 12: Propósito. — Bueno, me salvaste, me salvaste. En verdad gracias. Dijo bastante indiferente Kanda senpai. Yo mostré una sonrisa irónica y asentí. — De nada, bueno, no había más opción ¿no es así? No tienes tu credencial de empleado. — Eso es verdad. Y eso que me dijeron la semana pasada que me iban a hacer una. Kanda senpai hizo un puchero y luego puso cara de enojada. — Bueno, olvidé mi bolso, soy una completa inútil. — Ese día era bastante fácil que no te dieras cuenta y olvidaras tu bolso. — Regularmente separo mi bolso de otras cosas, yo llamo a eso una mala costumbre. Kanda senpai dijo eso como si hablara de otra persona asintió y luego se estiró. Miré esa acción suya de rejo y luego levanté la mano. — Entonces, eso es todo por mi parte. Quería regresar rápido a casa y acostarme. Sayu debió haber salido ya a comprar para hacer de comer, pero no estoy preocupado por la cena. Antes de salir de casa Sayu se veía muy cansada. Me pareció que no tenía la energía necesaria para salir de compras. De cualquier forma, no creo que compre nada más que las cosas para hacer la comida, ¿Habrá comprado algo dulce? Mientras pensaba en eso comencé a caminar, de repente sentí un jalón en el cuello de mi camisa. Dejé escapar un gemido de “Argh”. — Espera, espera, espera. Volteé desconcertado y Kanda senpai me estaba mirando con el ceño fruncido. — — — — —
¿Qué pasa? ¿Qué? ¿Ya te vas? Por supuesto que ya me voy. No tengo otro asunto pendiente. Bueno, bueno, déjame recompensarte con una invitación a comer. Vale…
Aunque en este contexto esto quizá significa “Te lo agradezco”, si me lo va agradecer prefiero que sea dejándome volver a casa. Kanda senpai me miró y luego de poner cara inquisitiva por un momento; se echó a reír. — Jajajaj, es la primera vez que veo una cara de molestia cuando invito a una persona a comer y que además esa invitación es para agradecerle algo. Kanda senpai continuó riendo y luego me dio un golpecito en el brazo. — Vamos, salgamos. Quiero ser una mujer que le agradece a un Kouhai en un día de descanso en lugar de una que solo lo deja regresar a casa. — ¿Qué? La idea es darme las gracias ¿no es verdad? — Oh, parece que ya lo entendiste.