Capítulo 1: Huevo Frito. — Ah Una yema de huevo frito cayó en la mesa. — Que desperdicio. Limpié la mesa con un trapo húmedo. — Perdón, se me cayó un poco. Sayu se disculpó por haber tirado la yema y porque se desperdiciaría algo que ella misma había preparado cuando llevaba el desayuno a la mesa, sus ojos parpadeaban por la sorpresa y dejó escapar una risa involuntaria. — Está bien, aparte no fue a propósito. Para ser honestos. Le dije murmurando a Sayu quien separaba hábilmente con los palillos la clara de huevo y la ponía en su boca. Sayu no cortaba la yema de huevo dejándola intacta mientras que se comía la clara sin dejar un ápice. Mi forma de comer un huevo frito es romper rápidamente la yema y mezclarla con la clara, la forma de comer de Sayu tenía algo que era un tanto fresco. — Es el huevo frito preparado por Sayu. De pronto tomé la decisión y dije eso, Sayu dejó de mover sus palillos por un momento e inclinó la cabeza. — ¿Mm? — No, pienso que la yema es bastante blanda. ¿Está medio cocida? — Ah… Sayu asintió de forma ambivalente y volvió a inclinar la cabeza. — Tal vez ¿te desagrada? — No, no, no es eso. Me gusta que este suave. Tampoco me gusta mezclar la yema y la clara porque no tiene buen sabor. — Ya veo, está bien. Si era por algo aparte de la suavidad no me pude dar cuenta por lo que dijo, sentí que era algo simple. — Cuando mi mamá hacía huevo frito siempre dejaba la yema completamente cocida. Era una textura un poco dura. Recuerdo que no me gustaba el huevo frito cuando era niño. — ¿En serio? — Cuando comencé a vivir solo, y traté de prepararlos fue difícil controlar la intensidad del fuego, por lo que los dejaba igual que mi mamá, con la yema completamente cocida. Mientras decía eso, Sayu me estaba viendo con más atención de lo normal y diciendo monosílabos para demostrar que estaba poniendo atención. — Sayu, eres hábil también en la cocina. Pensé que de alguna forma había hecho una buena conversación y la concluí, en ese momento finalmente la expresión en la cara de Sayu cambió. Cuando su mente regresó de donde estaba, sus ojos se contrajeron nerviosamente y de pronto su cara se puso roja.