
4 minute read
Diez tips para Femto Flaps 80 micras
26
Edición No. 5 Asociaciones
ya conocida entre la infección con Helicobacter Pylori y glaucoma y su mecanismo autoinmune e inflamatorio como uno de los mecanismos de daño glaucomatoso. A su vez, la ruptura de la barrera hematocerebral (que sucede en zonas de hemorragias de disco y atrofia peripapilar) sería esencial en la inmunidad aberrante, permitiendo que los anticuerpos y las células T ataquen las neuronas. Por otro lado, habló de las anormalidades vasculares sistémicas asociadas al GPN, como el infarto cerebral silencioso y la enfermedad cerebral de pequeños vasos, donde se observó la asociación con los defectos en la capa de fibras nerviosas peripapilares.
Dentro de los factores de riesgos oculares incluyó a la fluctuación de la PIO (ya sea por factores intraoculares, extraoculares o posturales), la hemorragia de disco y la atrofia peripapilar, la miopía y las propiedades biomecánicas. Los pacientes con GPN tienen mayor fluctuación de la PIO y durante el sueño los valores de PIO son mayores, agregando que son pacientes más propensos a asumir posturas en decúbito lateral durante el sueño. En casos con asimetría de afectación del campo visual, se vio que los pacientes adoptaban el decúbito lateral hacia el ojo más afectado al dormir. Reconoció que es complejo solicitarle al paciente que no duerma en decúbito lateral, pero aconsejó evitar el sueño boca abajo en pacientes con GPN.
Eficacia de la terapia hipotensora ocular en el GPN
En cuanto a esta presentación, el Dr Tetsuya Yamamoto pudo dejar en claro varios puntos. Resaltó que tanto la medicación como la cirugía son efectivas en estabilizar el CV recalcando que aquellos que lograban PIOs de 10 mmHg o menos eran en los que más estable se mantenía el CV. Luego se refirió a un estudio de pacientes con GPN quienes tenían PIOs previas de 12 mmHg o menos, pero con empeoramiento del CV y/o compromiso del área de fijación. A estos pacientes se les realizó trabeculectomía con mitomicina y en aquellos pacientes con PIOs de 9 mmHg o menos, los CV se mantuvieron estables por 10 años. En el ‘Collaborative NTG Study’ se vio que aun en aquellos pacientes en que se logró la reducción de la PIO, un porcentaje sufrió de todos modos disminución de la visión, y podría deberse a pérdida fisiológica de células ganglionares de retina, factores de riesgo independientes a la PIO o a una reducción insuficiente de la PIO. Aclaró que, aunque nadie sabe cuál debería ser la PIO ideal en estos pacientes, la PIO Target debería ser menor a 10 mmHg, sosteniendo entonces que el GPN es también dependiente de la PIO.
Progresión a pesar de la reducción de la PIO. Tratamientos no relacionados con la PIO
El último expositor fue el Dr Louis Pasquale, quien expuso que el GPN es un problema de Salud Pública, estimando un 10% de ceguera unilateral a 20 años y una tasa de 1.4% de ceguera bilateral a 20 años. La progresión típica del GPN suele ser entre 0.2 y 0.5 dB anuales. Pero un grupo de pacientes tuvieron una tasa rápida de progresión, de 1-2 dB por año. Explicó que la PIO suele ser más alta temprano a la mañana donde los niveles de óxido nítrico son más bajos, y que aquellos con mayor predisposición genética a tener PIOs altas tenían PIOs tempranas 4.3 mmHg más altas que aquellos con menor predisposición genética. Recalcó la importancia de las tomas de PIOs fuera de los controles médicos, que pueden ser más altas y explicar la progresión de la enfermedad.
También, enfatizó mejorar el interrogatorio para saber cómo duermen, evaluar si son hipertensos arteriales medicados y considerar la dosis nocturna alejada del momento de irse a dormir, estimular que sean proactivos en el cuidado de la salud periodontal, aunque no esté claro todo esto impacte en la historia natural de la enfermedad. Un antecedente familiar fuerte de GPN, con comienzo en la adultez temprana debe llevarnos a buscar las variantes mendelianas asociadas con el GPN como la OPTN, la TBK1 y MYOC, coincidiendo con el Dr Liebmann en la necesidad de una Medicina de Precisión. Coincidió con Yamamoto en la importancia de lograr PIOs menores de 10 mmHg y enfatizó el importante lugar que aún tiene la trabeculectomía en estos casos. Nombró los beneficios de la meditación: baja la PIO en el GPAA, baja la fluctuación diurna de la PIO, tiene impacto directo en la expresión genética de la malla trabecular, regulación positiva de genes neuroprotectores y regulación negativa de genes proinflamatorios, y se presume que baja la tasa de progresión. Concluyó insistiendo en la necesidad de un esfuerzo en conjunto para tratar el problema de la progresión del GPN, y la importancia de un mayor conocimiento de cómo afecta la genética al problema.
La Dra. Tamara Zompa es especialista en glaucoma desde el año 2006. Jefa del Servicio de Glaucoma del Centro Oftalmológico Charles.