Las otras piedras preciosas
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as piedras preciosas son objeto de fascinación, deseo y símbolo de poder. La belleza y perfección de esas gemas ha llevado a tejer creencias a su alrededor y a toda clase de historias magníficas y trágicas. Son apetecidas, admiradas y costosísimas. Ellas son el diamante, la esmeralda, el zafiro y el rubí. Su dureza, rareza, escasez o dificultad para hallarlas influyen en su alto valor. Sin embargo, la belleza de otros minerales es igualmente sorprendente. El laboratorio de Mineralogía y Petrología de EAFIT posee una hermosa colección que es un deleite para la vista.
Ágata Es una variedad del mineral denominado calcedonia que, de manera tradicional, se ha considerado una variante del cuarzo. Se le encuentra entre las rocas volcánicas y puede tener muchas formas y estilos. En la antigüedad se le veneraba y se consideraba que era la “piedra de la ciencia”. Esta fue traída del municipio de Ataco (Tolima) y donada por Juan Luis González.
Septaria Este es un tipo de roca sedimentaria que debe su nombre al aspecto que tiene: está dividido en “septos”, es decir, paredes o tabiques. En el mundo anglosajón se le conoce como “piedra escarabajo” o “piedra tortuga” por la forma que tiene. Se han hallado hasta de un metro de largo y no tienen ningún uso, salvo ser piezas de colección o para realizar objetos decorativos.
Skarn Los colores y formas de los minerales son el resultado de muy diferentes procesos de formación que tienen, por lo general, millones de años de duración. Su coloración depende de diversos factores como la composición, estructura, condiciones físicas de la zona y la presencia de elementos químicos.
Fotos: Róbinson Henao. Textos: equipo del laboratorio de Mineralogía y Petrología de EAFIT y Juan Gonzalo Betancur B. Diseño: Sara María Ochoa Botero.
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