CONCLUSIONES
LO QUE NOS QUEDA POR HACER Paulina Varas G. El diagnóstico dual, es decir, la presencia de enfermedad mental asociado a la discapacidad intelectual, va a generar un espacio de duelo/acción en todos quienes se vinculan con la PcDI. La presencia del diagnóstico de la discapacidad intelectual ya ha generado efectos en la familia, y en cada uno de ellos en particular; ahora bien, enfrentarse a un diagnóstico de salud mental, es un nuevo desafío que debe ser abordado conjuntamente por el círculo cercano: familiares y profesionales que dan apoyo. Entonces, cuando se está en dicho escenario, es fundamental que quienes damos acompañamiento, tengamos la capacidad de entregar información clara, certera y cercana, que permita a todos los miembros entender lo que está pasando, las principales manifestaciones, cómo ayudar y cuáles son las posibles soluciones asociadas. Involucrar a todos los integrantes del grupo familiar, nos permitirá conocer sus aprensiones, dudas y modo de colaborar en el desarrollo de alternativas para el acompañamiento y la remisión de la enfermedad mental. Asimismo, implicar a las familias, permite acompañarles en su proceso de duelo ante el problema de salud mental. Porque pese a las exigencias que la vida les ha puesto y lo resilientes que han logrado ser, cada persona, requiere de igual forma de nuestro apoyo para poder salir adelante una vez más, ante este nuevo diagnóstico en ocasiones desconocido, que conlleva una reacomodación familiar, entre otras cosas. Diagnosticar es preciso y necesario, siempre que responda a una evaluación rigurosa y detallada. En ocasiones el diagnóstico será netamente descriptivo, sin embargo, en todo momento debe ser una brújula que guía nuestro andar, jamás convertirse en una etiqueta estática, que se vuelve un estigma más con el que carga la PcDI. Los resultados de toda evaluación, conllevan la responsabilidad de que dicha información recabada y analizada, guíe nuestro actuar para propiciar un acompañamiento multimodal, sin ser un rotulado inamovible y privado de sentido. El objetivo del diagnóstico, además, se constituye como un lenguaje común entre los profesionales y personal de apoyo, con fines comprensivos y de acompañamiento apropiado. Cuando nos enfrentamos a la enfermedad mental de cualquier persona, lo primero que debemos relevar es su sufrimiento. Ante toda sintomatología, hay un ser humano que UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO
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