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Carguémonos los unos a los otros
Por: Hernán Restrepo
Diácono y miembro de la alabanza de Casa Sobre la Roca Bogotá.
Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas y así cumplirán la ley de Cristo. Gálatas 6:2.
La historia de Rut y su suegra Noemí brilla en medio del Antiguo Testamento por ser un ejemplo de solidaridad. Antes de la llegada de Jesús con su mensaje de “ámense los unos a los otros”, la ley que imperaba en el mundo antiguo era la del “sálvese quien pueda”. En contraste, la ley de Cristo invita a que “salven a quien puedan”.
Noemí era viuda y anciana. Al morir su esposo y sus dos hijos, estaba prácticamente condenada a pasar el resto de sus días mendigando pan. Por eso les dio a sus dos nueras la libertad de rehacer sus vidas en otro lugar y no cargar con ella. Pero Rut, antepasada directa de Jesús, se resiste a abandonar a su suegra al decirle. «¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! Porque iré adonde túvayasy viviré donde túvivas. Tu pueblo será mi puebloy tu Dios será mi Dios». Rut 1:16.
Posiblemente en la historia de Rut pensaba Pablo cuando escribió su carta a los Gálatas, una de sus primeras epístolas. El capítulo 6 contiene recomendacio nes finales para una iglesia nacien te. La ayuda mutua es el principal consejo que da a los líderes de esta joven congregación. La invitación de Pablo a ser solidarios nos im pulsa a seguir el ejemplo de Cristo. Ciertamente él cargó con nuestras enfermedadesy soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Diosy humillado. Isaías 53:4.
Reflexionemos
En este momento te invito a preguntarte: ¿Qué tanto piensas en las necesidades de quienes están a tu alrededor (familia, trabajo o la iglesia)?
En los 10 primeros versículos de Gálatas 6, Pablo resalta la importancia de cargarnos los unos a los otros, ayudarnos mutuamente a vencer el pecado y ser la Rut que otras personas necesitan en sus vidas. La corresponsabilidad espiritual es un principio fundamental de la iglesia de Cristo, que nos fortalece como cuerpo de creyentes. Ignorar las cargas de otros puede debilitar esa unidad y el testimonio que damos como comunidad al mundo.
La corresponsabilidad espiritual es un principio fundamental de la iglesia de Cristo, que nos fortalece como cuerpo de creyentes.
Te animo hoy a que pongas en práctica esa sensibilidad y disposición para acompañar a tus hermanos en momentos difíciles. Pide al Espíritu Santo que guíe tu mirada para ver esas necesidades de los demás, y sobrellevarlas con amor y compasión. ¡Juntos podemos crecer en fe y unidad!
Oremos: Señor, te pido que me llenes de tu Espíritu para poder ver las necesidades de los demás. Ayúdame a cargar con ellos y a compartir sus momentos difíciles con amor y compasión. Enséñame a ser un apoyo firme en sus vidas, para que juntos podamos glorificarte, reflejar tu amor y fortalecer nuestro testimonio. En el nombre de Jesús, amén.









