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Gaudete No. 35- 04 agosto 2024

Inauguración de los Juegos Olímpicos de París ¿Realmente es tan indignante?

El 26 de julio, la inauguración de los Juegos Olímpicos de París se convirtió en un fenómeno viral inesperado. La controversia se desató en torno a la escenografía del evento, que para algunos evocaba la "Última Cena" de Jesús con sus apóstoles, mientras que para otros parecía una representación de la "Cena de los Dioses", con Dionisio (o Baco) como figura central, simbolizando el vino y los placeres carnales.

El autor del montaje ha aclarado que la intención no era representar la "Última Cena", sino una visión de los dioses del Olimpo. Este enfoque artístico encaja dentro del arte contemporáneo o postmoderno, que a menudo se caracteriza por su carácter efímero y mediático. Según la crítica de arte Avelina Lesper, el arte contemporáneo tiende a centrarse más en su valor comercial y en el impacto mediático que en su auténtico valor artístico. Esta crítica parece aplicarse al espectáculo del 26 de julio. Sí, es cierto, es una escena burda, grotesca, como el basto arte contemporáneo ¿pero es realmente tan indignante para nuestra fe?

La Iglesia como institución no ha emitido una declaración oficial al respecto. Sin embargo, diversas comunidades, ministros y laicos expresaron su descontento, considerando el evento como una ofensa hacia lo sagrado. Algunos respondieron con violencia, mientras que otros mostraron una fuerte indignación.

Personalmente me llama la atención la respuesta violenta y desesperada hacia quienes participaron de tal acto, considero que habríamos de retomar algunos principios evangélicos que hemos olvidado.

En Mateo 24:9, Jesús advierte que sus seguidores serán perseguidos y criticados por su nombre. La historia está llena de críticas hacia la Iglesia, y es probable que esto continúe. Sin embargo, responder con violencia no es una reacción evangélica. El mismo Evangelio nos invita a orar por nuestros enemigos y por aquellos que nos persiguen (Mt, 5, 43-44), sugiriendo que las respuestas violentas no son coherentes con los principios evangélicos.

Además, sería útil reflexionar sobre por qué este evento provoca tanta indignación, mientras que otras cuestiones urgentes, como la violencia, las injusticias, las guerras y las migraciones forzadas, no reciben la misma atención. Es paradójico y desconcertante que se haga tanto énfasis en actos de desagravio por un evento específico, mientras se ignoran problemas graves como el deterioro ambiental, la crisis migratoria y los enfermos de la comunidad

Como se menciona en Mateo 25:40, "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de estos hermanos míos, aunque sean pequeños, lo hicieron conmigo". Este pasaje nos recuerda la importancia de enfocar nuestras acciones y preocupaciones en el bienestar de los demás, en lugar de en cuestiones que, aunque relevantes, no deben desviar nuestra atención de problemas más fundamentales.

Como se menciona en Mateo 25:40, "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de estos hermanos míos, aunque sean pequeños, lo hicieron conmigo". Este pasaje nos recuerda la importancia de enfocar nuestras acciones y preocupaciones en el bienestar de los demás, en lugar de en cuestiones que, aunque relevantes, no deben desviar nuestra atención de problemas más fundamentales.

Enrique Alcalá Velardo pbro.

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