4 minute read

Gaudete No 20 - 21 abril 2024

Doctrina Social de la Iglesia

Misión de los pastores y de los fieles laicos en el ámbito político

La Iglesia, que por razón de su misión y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está ligada a sistema político alguno, es a la vez signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana. Efectivamente, la comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas, cada una en su propio terreno. Ambas, sin embargo, aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social del hombre. Este servicio se realizará con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto más sana y mejor sea la cooperación entre ellas, habida cuenta de las circunstancias de lugar y tiempo (Gaudium et Spes, 76).

Los fieles laicos que trabajan en la política han de respetar, desde luego, la autonomía de las realidades terrenas rectamente entendida. En este sentido, “es de suma importancia, sobre todo allí donde existe una sociedad pluralista, tener un recto concepto de las relaciones entre la comunidad política y la Iglesia y distinguir netamente entre la acción que los cristianos, aislada o asociadamente, llevan a cabo a título personal, como ciudadanos de acuerdo con su conciencia cristiana, y la acción que realizan, en nombre de la Iglesia, en comunión con sus pastores. La Iglesia, que por razón de su misión y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está ligada a sistema político alguno, es a la vez signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana (Gaudium et Spes, 76).

Con cierta frecuencia se acusa a la Iglesia de “meterse en política”, como si hiciera algo indebido cuando formula planteamientos de alcance público a la luz de la fe. Como ha sido expuesto con anterioridad, la DSI es una parte fundamental del Magisterio de la Iglesia e integra contenidos políticos directos y otros de potencial aplicación. Además, a partir de los grandes documentos magisteriales, también desarrollan su misión pastoral los Obispos en sus diócesis, por ejemplo, con sus cartas pastorales, o las Conferencias Episcopales- El Código de Derecho Canónico se pronuncia así en su canon 747, el primero del Libro III referido a su función de enseñar:

§ 1. Nuestro Señor encomendó el depósito de la fe, para que, con la asistencia del Espíritu Santo, custodiase santamente la verdad revelada, profundizase en ella y la anunciase y expusiese fielmente, tiene el deber y el derecho originario, independiente de cualquier poder humano, de predicar el Evangelio a todas las gentes, utilizando incluso sus propios medios de comunicación social.

§ 2. Compete siempre y en todo lugar a la Iglesia proclamar los principios morales, incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio sobre cualesquiera asuntos humanos, en la medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas.

Sin embargo, lo que no cabe en ningún caso es que la Iglesia jerárquica entre en el juego partidista. Son los fieles laicos quienes están llamados a “animar cristianamente el orden temporal —en el sentido señalado de servir a la persona y a la sociedad—; los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la política” (Christifideles Laici, 42). Todos están llamados a la participación desde la oración por los gobernantes, el deber de obediencia y el amor a la patria (Catecismo de la Iglesia Católica, 2238 y ss.). La forma más común de hacerlo es a través del voto: “Recuerden, por tanto, todos los ciudadanos el derecho y al mismo tiempo el deber que tienen de votar con libertad para promover el bien común.” (Gaudium et Spes, 75).

Pero se presentan muchas otras vías a la creatividad de los actores sociales, de forma personal o, preferentemente, organizada: escribir en los medios y publicar en redes, recoger firmas, promover manifestaciones, ejercer una resistencia pasiva, establecer contactos con políticos, participar con propuestas en procesos normativos, apoyar económicamente una causa, etc. Especialmente en el ámbito local, en las asociaciones vecinales y de todo tipo y a través de la participación en los plenos, juntas de distrito, iniciativas de presupuestos participativos, convocatorias de referéndum ciudadanos... Por último, y más claramente, con la afiliación a un partido político y la pretensión de participar de manera más directa en la actividad política.

En definitiva, como señalaba Pablo VI: “Si el papel de la Jerarquía es el de enseñar e interpretar auténticamente los principios morales que hay que seguir en este terreno, a los seglares les corresponde, con su libre iniciativa y sin esperar pasivamente consignas y directrices, penetrar de espíritu cristiano la mentalidad y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en que viven” (Populorum Progressio, 81).

This article is from: