el ligamen entre la institución y su ilustre restaurador y convirtió su despacho en un lugar predilecto por el viajero de renombre intelectual que pasara por Lima. La publicación de algunos manuscritos; la compra de colecciones particulares como la de Félix C. Coronel Zegarra en 1897; el aumento de los volúmenes guardados en la Biblioteca a 35 mil; el funcionamiento en la misma casa de la Academia Concha de dibujo, creada por un legado que dejó Adelina Concha al fallecer en París en 1894; la creación y el crecimiento de una galería de retratos de grandes figuras nacionales en el salón de lectura, fueron hechos que acompañaron la gestión del director de la Biblioteca Nacional entre fines del siglo XIX y comienzos del XX. Sus disgustos con el ministro de Instrucción por la desatendencia de este aumentaron en 1903 y en 1905. Después de su espectacular y milagroso renacimiento a raíz de la guerra con Chile, la Biblioteca Nacional no se puso a la altura de los cambios que se iban operando en la técnica bibliotecaria. Permaneció al margen de las normas técnicas sobre catalogación, clasificación, adquisición y circulación de libros. Al Perú no llegaron tampoco los adelantos dentro del campo de las bibliotecas populares. Ricardo Palma continuó con la publicación de sus obras. En 1896 aparecieron Neologismos y americanismos; en 1897, Recuerdos de España con una reedición de la obra anterior; en 1899 nuevamente el mismo libro con La bohemia de mi tiempo; fue editado también en este año un tomo de Tradiciones y artículos históricos; de 1900 fue Cachivaches; a 1903 correspondió Papeletas lexicográficas con “dos mil setecientas voces que hacen falta en el Diccionario”; a 1906, Mis últimas tradiciones peruanas y cachivacherías.
GonZÁleZ pRada Y Su eVolucIÓn al anaRQuISMo.- Como ya se ha visto en capítulo anterior, en setiembre de 1899 González Prada se alejó de la Unión Nacional y en abril de 1902 su separación se hizo definitiva. Antes de la última de estas actitudes puritanas, la esposa de González Prada había comprado tipos y una maquinita de imprimir tarjetas para regalarlos a su hijo Alfredo de diez años. Ambos editaron en 1901 —Adriana como impresora y Alfredo como cajista— una colección de tensas poesías líricas del autor de Pájinas libres, bajo el título de Minúsculas y en una edición de cien ejemplares. En este tomito González Prada se exhibe como buscador laborioso y paciente de la belleza, como cincelador exquisito y sereno del verso, y se acerca al modernismo por el afán orientado hacia la selección musical de la palabra. Pero él no se contentó con el retiro consagrado al arte. Colaboró en 1900 en periódicos como El Libre Pensamiento que dirigía Christian Dam, órgano de la Liga de Libre Pensadores. Figuró su nombre como posible candidato a la Vicepresidencia en la fórmula Fernando Seminario presentada por federales radicales y liberales en1903; o como eventual candidato a la Presidencia en vez de este. La falta de amplia gravitación nacional en el radicalismo, el alejamiento que tuvo González Prada del partido que fundara, la ausencia de administradores de su prestigio o características de orden personal, contribuyeron a que nada de ello madurase. Abstemio frente a la política militante, González Prada bebió a solas el turbio licor de las campañas proselitistas a través de la propaganda escrita. Colaboró en órganos radicales como La Idea Libre de Glicerio Tassara y en hojas anarquistas como Los Parias, de la que fue, por un tiempo, director verdadero. En muy contadas ocasiones volvió a hacer uso de la oratoria. Una de ellas fue su conferencia el 1º de mayo de 1905 sobre el intelectual y el obrero en la Federación de Panaderos. Allí propugnó la unión o alianza de la inteligencia con el trabajo, cuyas trascendentes consecuencias profetizó; rechazó el Estado vigente, la religión y la patria y anunció la muerte del mundo burgués y la revolución proletaria mundial. Otras conferencias leyó en la logia masónica “Stella d’Italia” en setiembre de 1904 y en setiembre de 1905 sobre las esclavas de la Iglesia y sobre Italia y el papado. En 1908 apareció el libro Horas de lucha. Reprodujo estas tres conferencias y dos más; la que versó sobre los partidos políticos y la Unión Nacional en 1898 y la que tuvo como tema el libre pensamiento de acción y no pudo ser
despuÉs de su espectacular y MilaGroso renaciMiento a raíZ de la Guerra con cHile, la biblioteca nacional no se puso a la altura de los caMbios Que se iban operando en la tÉcnica bibliotecaria. perManeció al MarGen de las norMas tÉcnicas sobre cataloGación, clasiFicación, adQuisición y circulación de libros.
[ CAPÍTULO 5 ] ADENDA
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