Las contribuciones predial, de patentes e industrial y otras hállabanse absorbidas totalmente por los concejos departamentales y provinciales; y el Estado debía, además, subvencionar a estos organismos de la descentralización con cuotas ascendentes en total a S/. 297.098. El Perú, para afrontar la guerra, no tenía un sistema tributario aceptablemente organizado. Al estallar el conflicto los directores de los bancos Perú, La Providencia, Garantizador y Territorial Hipotecario suscribieron, a pedido del ministro de Hacienda José Rafael de Izcue, un empréstito al Gobierno por la suma de S/. 880.000 con la única condición de que el Congreso determinase la forma y época de pagarla. El Congreso, por ley de 23 de mayo de 1879, reconoció esa deuda y facultó al Ejecutivo para pactar las condiciones y la manera de reembolsarla, arbitrando los recursos para su abono. La nueva política hacendaria, seguida por el Perú frente a la guerra, giró de inmediato alrededor de los siguientes medios: los donativos patrióticos, el aumento de los impuestos y del papel moneda, los empréstitos, la suspensión en el pago de créditos y en la amortización de la deuda interna y la emisión de moneda de cobre y de níquel.
LOS DONATIVOS.- Los donativos patrióticos movilizaron económicamente a la ciudadanía. El decreto de 7 de abril creó la "Junta Central Administradora de Donativos para la Guerra con Chile" integrada por las siguientes personas: el obispo Pedro José Tordoya, monseñor José Antonio Roca, Nicolás Rodrigo, Melitón Porras, José Bresani, Manuel Elguera, José Vicente Oyague, Ignacio de Osma, César Canevaro, Dionisio Derteano, José Jorge Loayza, Federico Mariott, Aurelio Denegri, Pedro José Calderón, Bartolomé Figari, José Unanue, Juan Calderón, Valentín Gil, Manuel Ortiz de Villate, Manuel Candamo, José Lucas Oyague, Manuel Moscoso Melgar, Bernardo Roca y Boloña, Juan Gallagher y José R. Espinoza. Las erogaciones tuvieron el alcance más variado. Las listas de ellas se publicaron en los periódicos. Los bancos de Lima figuraron con un millón de soles al año. Los empleados civiles, judiciales y de Hacienda hicieron ofrecimientos con sus sueldos; y el decreto de 21 de abril de 1879 tomó de todos ellos, desde el presidente de la República hasta los amanuenses, sin excluir a las listas pasivas, el 20% de sus haberes y pensiones cuyo descuento debía ser hecho en cada pago. Cuando se presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de ley para que las iglesias, conventos y monasterios de la República contribuyeran con el 25% de sus rentas a los gastos de la guerra, pasó a informe del arzobispo. Este, oído el voto consultivo del Capítulo de la Catedral, ordenó que los conventos y monasterios con bienes propios en la diócesis de Lima hiciesen el donativo indicado; y además que la cuota arzobispal fuese de la mitad de su haber y la de los miembros del Capítulo el 20% (12 de mayo). La municipalidad de la capital encomendó a cincuenta señoras colectar objetos y realizar su valor en bazares de venta pública o en rifas en beneficio de las ambulancias, heridos, viudas y huérfanos y también con el propósito de aliviar las desgracias que resultasen de la guerra. Presidió esta comisión la señora Rosa M. Riglos de Orbegoso y la acompañaron: Josefa Araníbar de Mendiburu, Josefa La Barrera de Velarde, Mercedes Soyer de Elster, Zoila Eléspuru de Orbegoso, Manuela Barrera de Riglos, Amelia Riglos de Moreyra, Leonor Segovia de Tezanos Pinto, Catalina del Valle del Carrillo, Leandra Raygada de Ezeta, Francisca Espantoso de Elías, Luisa Núñez de Cavero, Matilde Stevenson de Basadre, Teresa Lastres de García y García, Leonor Pinto de Uriburu, Mercedes Puente de Rosas, Carmen Olavegoya de Correa, Emilia López de Escobar, Josefina del Valle de Chacaltana, Matilde Orbegoso de Sandoval, Rosalía Rossel de Bresani, Jesús Beltrán de Elías, Virginia La Torre de Valle Riestra, Enriqueta Vélez de Corzo, Santos Chávez de Elguera, Cristina Bustamante de Cisneros, Francisca Iribarren de Soria, Benajamina Eléspuru de Gónzalez, Jesús Olavegoya de la Puente, Matilde Guerra de Miró Quesada, Amalia Laos de Barreda, Dolores Cavero de Grau, Eulalia Álvarez de Ribeyro, Belisa Delgado de Delgado, Mercedes Guisse de Dartnell, Ángela Moreno de Gálvez, Clementina López Aldana de Bryce, Rosa Sauri de Valdeavellano, Francisca Irigoyen de Elguera, Elvira Derteano de Kruger, Augusta S. de Álvarez Calderón, Elena Paz Soldán de Alayza, Virginia Osores de Porras, Francisca
[ 1879 octubre 20 ] EL SORTEO PRO FONDOS DE LA GUERRA. En la edición del lunes 20 de octubre de 1879, El Comercio publicó la lista de ganadores del sorteo que organizó la comisión del Consejo Provincial para recaudar fondos encaminados a solventar los gastos de la guerra. Mujeres limeñas de toda condición donaron 1.218 artículos, que se tasaron en 48.534 soles. Se ofrecieron 60 mil boletos a un sol cada uno, de los cuales se vendieron 54 mil. Los primeros premios fueron: "Un reloj de oro esmaltado (Remontoir) para señora, –boleto agraciado– 5.861; una canasta de filigrana de plata, 20.804; una pulsera de oro (trabajo inglés) con esmalte azul y perlas, 26.956", entre otros.
[ CAPÍTULO 4 ] PERÍODO 4
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