Bolívar: el “imperator”
“¡Viva la Constitución! ¡Viva el Presidente Vitalicio!” , a lo que la gente respondía burlonamente “¡Viva la plata! “¡Viva la plata! Dice el constitucionalista Ugarte del Pino con mucha razón: “Desde la iniciación de la República ¡cuántas veces se ha repetido esta escenografía!”31.
6.- LA INFAME CONSTITUCIÓN VITALICIA. En cartas que dirigió promoviendo su constitución, Bolívar dictó frases como estas: “Esta constitución es un término medio entre federalismo y la monarquía”, “Mi proyecto concilia los extremos: los federalistas encontrarán allí sus deseos realizados en gran parte, y los aristócratas hallarán un gobierno permanente, sólido y fuerte”. Benévolos con el tirano, importantes historiadores, entre ellos Víctor Andrés Belaúnde, hacen suyas los conceptos del Libertador y dicen que la Constitución Vitalicia “reunía la estabilidad de la monarquía; el poder electoral de la democracia; la centralización hacendaria absoluta del régimen unitario; la intervención popular en los nombramientos políticos como el federalismo; los censores vitalicios como en la oligarquía”32. Según estos historiadores la Constitución Vitalicia escrita por Bolívar era un término medio entre la monarquía y la “república jacobina” que propició la constitución liberal de 1823, cuando a todas luces lo que proponía era una monarquía absolutista disfrazada de república. Los dictadores confían que sus subordinados acepten y aplaudan sus discursos, por eso Bolívar tuvo la desfachatez de escribir al prefecto Gamarra que “un presidente vitalicio con derecho a elegir sucesor es la inspiración más sublime en el orden republicano”. No era una equivocación del Libertador, era simplemente la arrogancia de creer que sus interlocutores eran tontos o ingenuos. Mitre lo decía mejor: “Bolívar debía tener una idea muy exagerada de la imbecilidad de los pueblos, cuando pretendía engañarlos con apariencias que no lo alucinaba ni a él mismo”.
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