Heridas luminosas que se quiebran. Antología. Peoemas. Margarito Cuéllar. No. 176

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Colección UN LIBRO POR CENTAVOS

De la otra partida ni me acuerdo. Sólo sé que hay espacio en las fotos de entonces. Muchas vidas después, con los colores del crepúsculo viene un estruendo y arranca el maratón de la putilla y su rubor helado. Lo que yo veo es un bulto una señal, un lienzo del color de los valles herido por los vientos de marzo.

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Heridas luminosas que se quiebran. Antología. Peoemas. Margarito Cuéllar. No. 176 by Gabriel Ruiz Arbeláez - Issuu