UNA ANÉCDOTA ESCRITA POR : FABIANA OCANDO VIVIDA Y DOCUMENTADA POR: CAROLINA LARA Y FABIANA OCANDO
Si bien nuestros amuletos fueron 7 botellas de vino, 2 muñecos y 2 libros de mandalas, este no representa el kit de principiantes para agarrar tu auto y darle la vuelta a nuestra isla. ¿Qué nos hace pensar que podemos llamar a este país “nuestro”? Tal vez, solo nos falte la cédula dominicana… pero cómo nos fascina la bachata y el merengue. Nos deleitamos con una Presidente justo en su punto de hielo, abrazamos la informalidad jocosa y, a veces, las reglas “circunstancialmente” omitidas. Nos saltamos algunas formalidades con los amet, llegamos tarde cuando “el asunto no es tan serio” y, sobre todo, disfrutamos beber agua de coco bajo la sombra de una palmera. Pero no somos solo buscadoras de momentos espontáneos, somos buscadoras de caminos, y República Dominicana nos obsequió, a través de sus autopistas y trochas, paisajes paradisíacos que evocaban sensaciones variadas. Desde las zonas áridas que recordaban a nuestros ex amores, hasta las zonas exuberantes que avivan nuestras ganas de ser completamente felices o, Nuestra primera parada fue en Santo Domingo; y resultó ser la fiesta de inauguración de nuestra ruta #EstamosBien. Si tiene escasos encantos urbanos, esa noche, los astros se alinearon para brindarnos los mejores bares, una música excelente y personajes que nos hicieron sentir que estábamos en el lugar correcto. Bailamos hasta que nuestros pies dijeron “basta”, visitamos un bar donde, por alguna razón, no nos permitieron la entrada, ya fuera por nuestro alboroto o por los tenis que llevábamos. Terminamos en otro bar del que tuvimos que salir corriendo en nuestro relato… Caro recuerda cada detalle de esa noche, pero yo estoy pero esa es una anécdota para más adelante. Dicen que “al que madruga, Dios le ayuda”, así que de cidimos partir a las 5:00 de la mañana rumbo a Barahona, con un pequeño desvío para visitar las salinas de Baní.
26