814_Español_América

Page 42

DEVOCIONAL “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”. Hechos 13:2-3 Rev. José Soto

PRINCIPIOS QUE PERDURAN Y TRASCIENDEN (IV) Un principio fundamental en la obra de Dios es que el Espíritu Santo siga guiando a la iglesia. El Espíritu de Dios, después de la llenura en Pentecostés, empezó a obrar gloriosamente sobre la iglesia. El Espíritu Santo daba estrategias a Su iglesia, aun los enemigos mismos caían ante el poder de Dios, como aconteció con Saulo de Tarso. Este mismo Saulo qué se iba a imaginar que se convertiría a Cristo. Dios hablando de él, dijo: “instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles y reyes, y de los hijos de Israel” (Hch. 9:15). Saulo se convirtió en un gran predicador. Saulo, ahora Pablo, empieza a desarrollar un trabajo grandioso. Realiza su primer viaje misionero, llegando a pueblos dentro de las montañas como: Derbe, Listra, Iconio, Panfilia y otras ciudades, sembrando la Palabra en estas ciudades. Predicando, algunas veces, con gran oposición, pero Dios los sacaba adelante, otras veces en peligros de muerte, azotado, tres veces en naufragio en el mar, peligro entre la gente de su nación, peligros entre falsos hermanos, entre falsos maestros; igual que nosotros, haciendo la obra de Dios. Pablo quería cumplir con su misión, y su misión era hasta lo último de la tierra, sus viajes misioneros terminan en el capítulo 21 del libro de los Hechos, ya había llevado la Palabra a Asia menor, gran parte de Israel y Europa. ¡Qué maravilloso ministerio!

42

MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL

América • Europa • Oceanía • África • Asia


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
814_Español_América by Impacto Evangelistico - Issuu