Rogério Haesbaert
quartier, région’” (“designa las líneas rectas trazadas en el cielo por los augures [adivinos romanos] para delimitar las partes; de allí el sentido de ‘límites, fronteras’ y, en consecuencia, ‘porción delimitada, barrio, región’”) (Ernout y Meillet, 1967: 568). Por otro lado, al mismo tiempo que se refiere al límite, al área delimitada, debemos recordar que la raíz reg- indicaba también movimiento (en línea recta). En analogía con la historia, podemos afirmar que, así como la periodización representa una cuestión central para los historiadores, la regionalización aparece como una problemática primordial para los geógrafos. Algunos estudiosos, como el historiador Fernand Braudel y los geógrafos Christian Grataloup y David Wishart (2004), teorizaron sobre estas intersecciones entre el espacio geográfico y el tiempo histórico, tanto en un sentido amplio como a partir de una perspectiva restringida de la regionalización y de la periodización. Los trabajos “Les régions du temps” y “Os períodos do espaço” de Grataloup (1991, 2006 [2003]) revelan en el título mismo esta indisociable relación entre los procesos de “recortar” el espacio y el tiempo. Grataloup (1991) llega incluso a proponer un ejercicio de pasaje de los conceptos de región y de los métodos de regionalización más conocidos de la geografía (regiones homogénea y funcional; regiones administrativa y “vivida”) hacia los métodos de periodización utilizados por los historiadores. En un artículo anterior (Haesbaert, 2002 [original: 1993a]), también realizamos un ejercicio de reflexión sobre las interrelaciones entre los diferentes “recortes” de tiempo y espacio, que configuran aquello que denominamos escalas espacio-temporales. Así, pensar sobre la región es, ante todo, reflexionar sobre los procesos de regionalización. Estos se pueden considerar ya sea como simple procedimiento metodológico, como instrumento de análisis propuesto por el investigador, o como dinámicas efectivamente vividas y producidas por los grupos sociales. Incorporar el espacio como primera dimensión no significa –nunca está de más insistir en ello– que se trate de un espacio separado o separable de los sujetos que lo construyen: la regionalización debe estar siempre articulada en un análisis centrado en la acción de los sujetos que producen el espacio y en la interacción que ellos establecen, bien sea con la “primera” –cada vez más rara, como ya reconocía el propio Marx– o con la “segunda” naturaleza.
2. REGIÓN: DE LOS ORÍGENES AL PERÍODO HEGEMÓNICO Antes de introducirnos en la discusión acerca de los fundamentos de la diversificación del espacio geográfico contemporáneo y las nuevas conceptualizaciones que están siendo propuestas para la región/regionalización, es importante, aunque de forma sucinta, retomar las 28