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ANABELLA GIRACCA

cruel condición de piel y compromiso. Amor, lugar común, tierra compartida llamada “mi país”.

“SAN AGUSTÍN: LA MEDIDA DEL AMOR ES AMAR SIN MEDIDA”.

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Amores y desamores. Amantes, embusteros, abnegados pasionales. Amor romántico, carnal, platónico, devoto. Delirio. Sí, dicho sentimiento zurcido a volcanes, manglares y manantiales (turbulencia); duerme entre las cicatrices de la luna y la mirada triste de un toro solitario. Camina de puntillas para arremeter en momentos inesperados con sus ojos de lluvia (“Porque te miro y muero y peor que muero si no te miro”). Transita desde el dolor hasta los más altos ímpetus hoy plasmados en museos y bibliotecas. Pero no hablo únicamente del santo casamentero, de Manzanero, de: “y me bebí tu recuerdo”, “por ese palpitar” …, o de las artimañas de la Celestina. Tampoco de Eros, Cupido o Julieta. Hablo también de nuestro país. Miguel Ángel Asturias: “Dar es amar”.

Dicen que el amor es la cercanía llevada a sus máximas consecuencias. Pertenencia y pertinencia. Es lo que se hace: es trabajo. Dulce tiranía,

Los románticos de todos los tiempos se han empeñado en ubicar a este voraz sentimiento en el corazón. ¿Dónde late Guatemala? Alguien comentó que acá muchos se quedaron sin amar: no se conmueven, no atienden a los gritos de la gente, no se indignan con el dolor colectivo, no se fortalecen con en fin de resolver, no reaccionan, sacrifican a los niños, venden a los jóvenes, roban a mansalva…, entre ellos, son tantos los infelices políticos. Que pudiendo hacer un cambio, que pudiendo dar, ¡no lo hacen! No en vano dicen que la sabiduría no está en la razón sino en el corazón.

Amuletos, agüitas, pociones, brebajes, emplastos, tintura de cardosanto, santos de cabeza, siete misas, todo con tal de volver a nuestro estado de delirio, de eterna primavera, ahí en donde ser de aquí sea un regalo. Donde nadie se vea obligado a arrancar sus raíces y dejar abandonado el ombligo en estas tierras. Mentira que el amor sea ciego, es más, el que ama tiene ojos para ver lo que el indiferente no ve. Ojos para llorar. Y sí, lo siento Guatemala, por hoy me quedo con las palabras de Jaime Sabines: “Me dueles. Mansamente, insoportablemente, me dueles”.

PD: La Niña de Guatemala murió de amor. Efectivamente hay amores que matan.

TODO INDICA QUE ESTA VEZ SE ROMPERÁ LA NADA SANA MARCA DE 19 BINOMIOS PRESIDENCIALES, IMPUESTA EN 1995 Y REPETIDA EN EL AÑO 2019.

Piense en cualquier personaje pintoresco y lo encontrará en la gama de candidatos a la presidencia y vicepresidencia que se someterán a votación en las elecciones previstas para el 25 de junio próximo. A la fecha, hay al menos 21 binomios proclamados por organizaciones políticas, con todo tipo de aspirantes, aunque con poca participación de mujeres (apenas cinco entre 42).

Tres hijos de expresidentes, exdiputados y diputados, un exvicepresidente, exdiplomáticos, exalcaldes, indígenas –solamente dos–, exfuncionarios, una exprimera dama, un cómico –aunque no simpático–, desconocidos, y muy pocos con trayectoria palpable, pero sin duda ambiciosos, soñadores y muchos ilusos. Los hay oficialistas y opositores, aunque estos últimos corren el riesgo de quedar fuera de la competición por mandato del obediente TSE.

Repasando brevemente lo sucedido en cada contienda electoral desde 1985, vemos que aquella ocasión fue la última en la que los guatemaltecos pudimos escoger entre un número razonable: ocho candidatos y todos conocidos. Luego vino la primera locura con 19 en 1990, 11 en el 99 y 2003, 14 en el 2007, 10 en el 2011, 14 en el 2015, 19 otra vez en 2019 y esta vez, cuando superaremos la barrera de los 20. ¡Una locura!

Por cierto, los presidentes con menor votación en primera vuelta han sido Jimmy Morales (23%) y Alejandro Giammattei (13%). Ambos tuvieron un buen comportamiento en la segunda vuelta, porque Sandra Torres tiene una capacidad increíble para sumar anti votos y hace explosionar a sus rivales en una segunda votación.

De acuerdo con el cronograma electoral presentado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), la campaña electoral apenas abre el 26 de marzo, por lo que, los muchos aspirantes a cargos de elección popular, tendrán solamente tres meses para dar a conocer sus ideas, pensamiento y planes, todo bajo un pésimo concepto de control de la propaganda por parte de la autoridad electoral, más dada a sembrar dudas que en aclarar el ambiente imperante. Y el pobre elector, abrumado entre tanta palabrería.

Seguramente veremos algo parecido a las últimas elecciones: el resultado será favorable para aquellos candidatos que son más conocidos.

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