problemas SIN NÚMERO
Cuadrados DE DOS COLORES Claudia Hernández García
Los asesinos de la creatividad. Las presiones psicológicas que inhiben la creatividad del niño tienen lugar en las primeras etapas de la vida. La doctora Amabile ha identificado los principales asesinos de la creatividad: La vigilancia. Cuando un niño se halla en constante observación, el impulso creativo y las ganas de arriesgarse pueden resultar ahogados y generalmente se esconden. La evaluación. El niño se preocupa más por cómo es juzgado por los demás, que por sus propios logros. Las recompensas. No se debe poner al niño en una situación desesperada de ganar o perder, pero se puede hacer una competencia sana. Además, es necesario comprender que se debe dejar desarrollar el ritmo particular de cada niño. El exceso de control. Provoca en el menor la idea de que cualquier originalidad es un error y cualquier exploración una pérdida de tiempo. La restricción de las elecciones. Es mejor dejar que el niño elija lo que le interesa y apoyar esa inclinación. La presión. No se deben establecer expectativas exageradas para los niños, ya que pueden generar el efecto contrario, produciendo aversión por el tema que se está enseñando. Pero el asesino más sutil de la creatividad, y que se halla profundamente arraigado en la cultura, es el tiempo. Si la motivación intrínseca es la clave de la creatividad del niño, el elemento crucial para cultivarla es el tiempo, el cual debe ser ilimitado con el fin de que el niño saboree y explore actividades o materiales particulares, hasta hacerse dueño de ellos. Uno de los mayores crímenes que cometen los adultos, es el de robarles o limitarles ese tiempo. MARGARITA MARÍA ZAPATA GUTIÉRREZ
Tomado de Desarrollo artístico del niño de Margarita María Zapata Gutiérrez, Universidad Pedagógica Nacional, Fondo Editorial, Colombia, 2009, p. 167-168. Margarita María Zapata Gutiérrez es maestra en artes y licenciada en educación de artes plásticas por la Universidad de Antioquia, Colombia. El texto que presentamos en esta ocasión se publicó como resultado de que la autora haya ganado el “IX Premio Nacional
de Educación Francisca Radke” de Colombia, en 2008.
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CORREO del MAESTRO
núm. 208 septiembre 2013