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Aprendamos a ver cine XXIV ¡QUÉ BELLO ES FILMAR! Luis Ignacio de la Peña
Afirmar que las películas de Frank Capra son ingenuas resulta tan desproporcionado y miope como suponer que los dramones de Douglas Sirk son sólo equivalentes cinematográficos de las novelas rosas. Capra sabía muy bien lo que quería mostrar y lo plasmó con claridad, aunque algunos prefieran quedarse sólo con las costras superficiales.
Frank Capra.
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rank Capra (Francesco Rosario Capra, su nombre original) nació en un pueblo de Sicilia llamado Bisacquino en 1897. Cuando tenía seis años, su familia emigró a Estados Unidos y se estableció en Los Ángeles. Desde los diez años empezó a trabajar (vendedor de periódicos, músico, camarero, empleado de lavandería, mecánico), pero al mismo tiempo se las arregló para realizar estudios y, a pesar de la dificultades, en 1918 obtuvo el título de ingeniero químico con las mejores calificaciones de su generación. En seguida se enroló para participar en la Primera Guerra Mundial y se enteró de que aún no poseía la ciudadanía estadounidense. Durante su estancia en el ejército enfermó de gripe española y fue dado de baja. Vino después
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una etapa en la que tuvo una vida errante con empleos extraños, entre ellos, jugador de póker. A principios de la década de 1920 decidió probar suerte en un estudio de cine recién fundado. De nuevo empezó como hombre orquesta (editor, redactor de intertítulos, ayudante de dirección). Finalmente se asentó como escritor de escenas chistosas para Hal Roach y más tarde para Mack Sennett. Así conoció a Harry Langdon, quien se lo llevó como guionista y director de cabecera cuando el cómico abandonó a Sennett. Entre 1926 y 1927 la pareja realizó los largometrajes considerados los mejores de la carrera de Langdon: The strong man (El hombre fuerte) y Long pants (Pantalones largos). Pero terminaron por separarse por diferencias profesio-
CORREO del MAESTRO
núm. 190 marzo 2012