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La Inteligencia Artificial en el comercio exterior: de lo simple a lo complejo
Nicolás SALEME
Director BIT AI Academy y fundador HumanIA Comunidad.
En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) dejó de ser un concepto futurista para convertirse en una herramienta práctica, al alcance de cualquier empresa. En comercio exterior, un sector históricamente cargado de trámites, normativas y procesos largos, la IA puede marcar la diferencia entre sobrevivir o crecer.
Quiero contarles que el camino de adopción no empieza con proyectos millonarios. Lo primero es usar asistentes como ChatGPT, Copilot o Gemini para las tareas diarias: redactar un mail en inglés u otro idioma para un proveedor, resumir un documento técnico, planificar una agenda. Son pequeños atajos que hacen ganar confianza y crean hábito digital.
Asistentes especializados
El siguiente paso es crear asistentes virtuales propios. Por ejemplo, un bot interno que responda dudas normativas (“¿qué papeles necesito para exportar a Brasil?”) o que ayude a un cliente a consultar procesos aduaneros en cualquier momento.
También se pueden entrenar GPTs para recorrer cada mañana sitios clave (Boletín Oficial, portales de logística, noticias de comercio exterior), seleccionar lo relevante y enviar un resumen con links al mail de la gerencia. Eso equivale a tener un analista trabajando en silencio todos los días.
La IA también puede hacer análisis de competencia y precios: detectar cambios en tarifas de fletes, predecir tendencias de commodities o monitorear a competidores que anuncian aperturas o nuevas rutas. Incluso es posible automatizar contenidos: un “Node.GLM” podría leer las nuevas resoluciones aduaneras y generar un podcast semanal con las principales novedades para clientes y proveedores.
Un golazo de mediacancha: NotebookLM, es una herramienta de Google a la que le podes subir cualquier documento (o varios documentos e incluso buscar en internet) y te hace un resumen, preguntas frecuentes y notas de estudio. También le podes pedir que te haga un podcast o un video explicativo y así te podes estudiar una nueva normativa o un nuevo proceso desde tu auricular, o compartirlo con cualquier persona para que lo entienda.
Documentos y procesos
Un campo donde la IA ya muestra resultados concretos es el procesamiento de documentos. Muchas pymes argentinas aún cargan manualmente facturas, órdenes de compra o conocimientos de embarque. Hoy, con IA, un PDF escaneado se convierte en datos listos para el ERP en segundos, validando números y reduciendo errores. Empresas locales reportan ahorros de cientos de horas al mes y prácticamente 0% de fallos en la carga.
Lo mismo aplica a la preparación de documentación de exportación. La IA puede detectar inconsistencias entre la factura, la lista de empaque y la declaración aduanera antes de que lleguen al sistema oficial, evitando multas o demoras.
En logística, los modelos predicen demanda, optimizan rutas y hasta calculan la huella de carbono de cada envío. Algunas navieras ya usan IA para anticipar tarifas de fletes marítimos meses antes, lo que permite negociar con ventaja.
Aduanas y regulaciones
En el plano público, países como Singapur y China aplican IA en sus aduanas para clasificar mercaderías, evaluar riesgos y liberar envíos en horas. Francia la usa para detectar evasión y ya recuperó miles de millones en impuestos. En Argentina, la Dirección General de Aduanas creó un comité de innovación y comenzó pilotos de IA para análisis de datos y control de operaciones. La visión es clara: la IA debe ser un aliado de los agentes y auxiliares, no un reemplazo.
De la eficiencia al valor
El primer beneficio de la IA es reducir tareas repetitivas y costos. Pero esa ventaja pronto se volverá estándar ya que muchos se están subiendo en este barco. El verdadero diferencial estará en qué valor agregado se genera con el tiempo y los recursos liberados: informes personalizados para clientes, cotizaciones más rápidas y con datos de mercado incluidos, nuevos servicios basados en información que antes era inaccesible.
La clave está en avanzar de menos a más: experimentar, aprender, capacitar al equipo y luego escalar proyectos. La IA es maleable y permeable: puede ayudar a ordenar la agenda semanal, traducir un contrato o rediseñar una estrategia de exportación. Lo importante es no quedarse afuera, porque el tren de la IA ya salió. Y en comercio exterior, quienes logren combinar eficiencia con valor serán los que lideren los próximos años.
