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LIZ YAMPEY
by VIRTUANEX
Entrevista de Nataly Pastoriza
Dejó su trabajo, su familia y su cultura en Paraguay para comenzar de cero en Irlanda. Relata su experiencia como mujer migrante, estudiante y barista, en un viaje de valentía, adaptación y crecimiento personal que demuestra que los sueños se cumplen con esfuerzo y fe.
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Hace un año, Liz Yampey soñaba con vivir en Irlanda. Hoy, ese sueño se convirtió en una historia de superación, aprendizaje y resiliencia. Desde Dublín, comparte con VIRTUANEX los desafíos y logros de su experiencia: estudiar inglés, adaptarse a una nueva cultura, trabajar como barista y reinventarse lejos de casa.
Hace un año hablábamos de tu sueño de irte a Irlanda. Hoy, ya instalada, ¿cómo recordás la previa a ese gran salto?
La previa fue una mezcla de emociones intensas. Por un lado, tenía muchísima ansiedad porque sabía que estaba dejando atrás mi zona de confort: todo lo que había construido en Paraguay. Mi trabajo, mi casa, mi familia, mis amigos, mis animalitos, incluso la comida , mi cultura, todo eso formaba parte de mí. Y de repente, estaba empacando para irme a lo desconocido.
Esa incertidumbre me generó mucha ansiedad; incluso, en ese tiempo, empecé a comer más de lo habitual, como una forma de manejar todo lo que sentía, lo que más me dolía eran las despedidas.
Pero cuando finalmente llegué y pasaron los primeros meses, todo fue tomando forma. Hoy ya me siento asentada, con una rutina establecida, y me doy cuenta de algo muy poderoso: que puedo vivir en cualquier país, con otro idioma y otra cultura, y salir adelante igual. Esa experiencia me enseñó y me enseña todos los días, que soy más fuerte de lo que imaginaba.
Como mujer, tomar la decisión de emigrar sola no debe haber sido fácil. ¿Valió la pena asumir ese desafío?
Vale completamente la pena. Hoy, después de casi cuatro meses, puedo mantener conversaciones en inglés con locales y amigos, algo que hace poco veía imposible. (Vine con inglés cero) Esa evolución personal y profesional me demuestra que todo el esfuerzo vale la pena. Ser mujer y animarse a salir del molde es desafiante, pero también profundamente liberador.
¿Cómo es tu rutina diaria hoy en Irlanda?
Mi día empieza temprano, a las siete de la mañana desayuno y salgo rumbo a la escuela de inglés, que se volvió una parte muy importante de mi rutina. El “Ned college” Es un espacio muy especial, porque tengo compañeros de muchos países: Mongolia, Bangladesh, Chile, Brasil… y cada jornada se vuelve una experiencia intercultural. No solo aprendemos inglés, también compartimos parte de nuestras culturas; por ejemplo, yo siempre les enseño palabras en guaraní y ellos me enseñan las suyas. Después de clase, voy a trabajar en una cafetería, se llama “Nick’s Coffee” donde preparo cafés deliciosos. Acá los cafés de especialidad tienen otro nivel; realmente cada día aprendo algo nuevo, es un mundo mucho más grande fui muy fiel a lo que estoy viviendo: muestro la realidad tal cual es, sin esconder de lo que la gente se imagina. Hay variedades de café, de preparación, y es una matemática perfecta entre gramos de café, sabores y texturas. Me gusta mucho el ambiente de mi trabajo, porque me conecta con gente local, practico el idioma y, al mismo tiempo, sigo aprendiendo cada día algo nuevo.

A Nick’s coffee fui a entregar dos veces mi CV. Aquí en Irlanda, las personas deben entregar personalmente los CVs y luego la entrevista es 100% en inglés. Si pasas esa etapa, llega la semana de prueba y finalmente hoy tengo mi trabajo soñado.
¿Cómo fue el proceso para establecerte y adaptarte al nuevo entorno?
El proceso fue de mucha adaptación. Lo primero fue conseguir una escuela, para ello lo que hice en Paraguay fue asesorarme, me encontré con las chicas de Stuniverse con toda la etapa previa, y luego al llegar a Irlanda, tramitar todos los papeles.
Después vino lo emocional: encontrar un lugar donde vivir, acostumbrarme al clima, a la comida, a las dinámicas del día a día.

Las redes sociales son una herramienta poderosa para comunicar y llegar a muchas personas. En mi caso, las utilizo para informar y motivar a quienes sueñan con vivir una experiencia como la mía, que es un intercambio cultural a través del programa Work and Study. Irlanda realmente te recibe con los brazos abiertos, y este programa te permite estudiar y trabajar de manera legal, algo que considero una gran oportunidad. Yo aprovecho cada día para aprender inglés, practicarlo con locales y con personas de distintas partes del mundo. Y lo que más me gusta es poder compartir todo eso con transparencia. Siempre fui muy fiel a lo que estoy viviendo: muestro la realidad tal cual es, sin esconder nada. Desde mis primeros trabajos, hasta llegar al puesto que realmente buscaba, que era el de barista,especialista en cafés.
No fue sencillo, pero traté de vivir cada etapa con paciencia. Al principio sentís que todo es nuevo, que tenés que reaprender a hacer cosas básicas, pero con el tiempo te vas soltando. Hoy puedo decir que me siento más estable, tanto emocional como laboralmente, y que cada paso —por pequeño que parezca— fue clave para llegar a este punto.
¿Recordás tu primer trabajo al llegar a Irlanda?

Sí, lo recuerdo perfectamente. A la primera semana de haber llegado, conseguí un trabajo limpiando y juntando latitas y botellas en un concierto. Fue una experiencia muy dura, nunca me imaginé haciendo algo así, pero lo asumí con total responsabilidad y con la dignidad que conlleva tener un trabajo honrado.
Ese día entendí muchas cosas sobre la humildad, el esfuerzo y el valor del trabajo. En las redes sociales hubo de todo: muchas personas me apoyaron y me escribieron palabras de aliento, pero también hubo quienes se burlaron o trataron de denigrar lo que hacía. Sin embargo, yo siempre creí —y sigo creyendo— que ningún trabajo es una deshonra. Todo lo contrario: cada experiencia me fortaleció y me enseñó a valorar aún más cada paso que doy.
Sos periodista y muy activa en redes. ¿Qué papel juegan hoy en tu vida?
Como periodista, siento la responsabilidad de informar con verdad y coherencia. Por eso, mis redes son más que un espacio personal: son un medio para contar experiencias reales, inspirar y orientar a quienes también quieren cumplir este tipo de sueños.
¿Qué consejo le darías a quienes están pensando en emigrar a Irlanda?
Lo primero que les diría es que se preparen emocionalmente, porque venir a otro país es un acto de muchísima valentía. Dejar tu país, tu familia, tus costumbres y empezar una vida completamente desde cero no es fácil, pero es una de las experiencias más enriquecedoras que se pueden vivir.
Animo a quienes hoy están dudando a que se animen, porque este tipo de experiencias te muestran de lo que realmente sos capaz. Nadie dijo que sería sencillo, pero sí vale la pena. Aprendés, crecés y descubrís que nada en la vida es imposible si realmente lo querés.
Este programa no tiene límite de edad. Mi voz no es solo para los jóvenes, sino también para las personas que creen que, por tener 40 o 50 años, ya no pueden empezar de nuevo. Nunca es tarde para aprender, para cambiar de rumbo o para perseguir un sueño. Siempre hay tiempo para reinventarse y volver a empezar. Aprender a soltar, es parte de este proceso.
Has recibido tanto apoyo como críticas en redes. ¿Cómo enfrentaste los comentarios negativos?
Sí, he recibido muchos mensajes negativos, aunque también debo decir que fueron muchos más los positivos, de personas que me apoyan y se alegran por mi crecimiento.
Con el tiempo aprendí a no quedarme con lo malo, sino a transformarlas en motivación. Cada comentario negativo fue un impulso más para seguir demostrando que los sueños sí se pueden cumplir, que nada es imposible cuando uno se esfuerza de verdad. Lo importante es mantener el enfoque, creer en uno mismo y seguir adelante. Hoy miro atrás y agradezco incluso esos mensajes, porque me dieron más fuerza para llegar hasta donde estoy.
¿Cuál fue el momento más difícil que atravesaste y cómo lo superaste?
Sinceramente, he tenido varios momentos desafiantes. Mi primer mes en Irlanda fue una mezcla de emociones: tuve experiencias lindas, pero también muchos altibajos. Trabajé en varios lugares donde, hasta hoy, no me pagaron. Además, fui víctima de una estafa virtual en la que perdí dinero, y eso me golpeó bastante.
A todo eso se sumó la dificultad de encontrar un trabajo estable, algo que me generó mucha incertidumbre al principio. Fueron meses muy duros, pero también me enseñaron muchísimo. Aprendí a tener paciencia, a ser más precavida y, sobre todo, a confiar en que con esfuerzo y constancia todo se acomoda. Hoy miro atrás y siento orgullo, porque a pesar de todo, nunca bajé los brazos.

Hoy, ya consolidada como barista, ¿qué sentís al mirar atrás?
Me siento profundamente orgullosa. Este logro no fue casualidad: me preparé muchísimo. En Paraguay estudié barismo con uno de los baristas más reconocidos del país, y cuando llegué a Irlanda seguí formándome y capacitándome porque nunca dudé de mí misma. Sabía que lo único que necesitaba era mejorar mi inglés, y fui trabajando en eso día a día, estudiando y practicando con locales hasta sentirme segura. El día en que finalmente conseguí el trabajo que tanto soñaba fue muy especial. Sentí una emoción enorme y una gratitud inmensa. Lo conocido personas maravillosas, he hecho grandes amigos y, sobre todo, he sentido la mano de Dios acompañándome en cada paso. Me considero una persona muy bendecida. Y también tengo mis anécdotas simpáticas. Por ejemplo, el acento irlandés es realmente todo un desafío. Ellos hablan inglés, pero también tienen el gaélico irlandés, y eso cambia mucho su forma de expresarse. En la cafetería, muchas veces los clientes me hablan con ese acento tan marcado, y aunque yo doy todo de mí para entenderlos, hay momentos en los que simplemente no puedo (capaz y les habré preparado incluso otro café que no era su pedido, quién sabe) jaja primero que hice fue ir a la iglesia a agradecer a Dios. Después llamé a mi mamá, a mi abuela y a mi papá para contarles la noticia. Mi familia y mis amigos, desde Paraguay, me acompañan con su cariño, y ese apoyo constante es lo que más valoro. Cada paso que doy acá tiene un pedacito de ellos conmigo.
Al final, terminamos riéndonos todos. Son esos pequeños momentos los que me recuerdan que estoy aprendiendo y viviendo algo único.
¿Podrías compartir alguna anécdota que refleje tu crecimiento personal?
Siento que cada día en Irlanda es una oportunidad de crecimiento. Todos los días son distintos y traen sus propios desafíos. Pasé por momentos difíciles, como la estafa virtual o los trabajos en los que nunca me pagaron, pero todas esas experiencias me hicieron más fuerte. Nunca me rendí, aunque hubo días en los que lloré. Siempre traté de poner en la balanza lo positivo y lo negativo, y eso me ayudó a seguir.
Hoy puedo decir que he
¿Qué objetivos tenés por delante y cómo puede seguirte la gente? Mi plan principal es seguir estudiando inglés, que sigue siendo mi prioridad. Al mismo tiempo, voy a continuar compartiendo todo a través de mis redes sociales, con mucha responsabilidad, mostrando la realidad de lo que se vive aquí en Irlanda. Quiero que las personas puedan conocer de primera mano cómo es esta experiencia, sus desafíos y también sus alegrías. Y a quienes están soñando con vivir algo similar: anímense, porque esta experiencia es profundamente gratificante. Yo aprendí muchísimo, y descubrí una parte de mí que nunca antes había conocido. Aprendí que puedo empezar de cero, literalmente desde cero, en cualquier lugar del mundo, y que voy a sobrevivir, adaptarme y salir adelante, sin importar el idioma. Esta experiencia me enseñó también que somos capaces de mucho más de lo que creemos y que los límites solo los pone uno mismo.
